Pincha para saber más.
EXPERIENCIA o MATERIALES - Reflexión
sobre el lenguaje.
·
Nombre: Eufemismos,
medias verdades, cortinas de humo. Elaboración de un diccionario (del
lenguaje reaccionario al progresista).
·
Repaso de
algunos campos donde se desvirtúa la capacidad de verdad de la lengua.
·
Cómo entra
esta tendencia en nuestra cotidianeidad docente.
·
Elaboración
de un texto colectivo (diccionario).
·
¿A quién
se dirige? (edades). 12-18 y
profesionales, aunque puede adaptarse a todas las edades.
·
Persona
que lo aporta - Bux.
·
Tiempo
óptimo: 10 minutos de presentación, 15
de ronda, 5 de conclusión. Total, 30 minutos.
·
Cuéntanos
algo más: aspectos del lenguaje que
desarrolla o aborda, qué bloques, cuánto disfrutasteis haciéndolo---( lo que
quieras).
·
Sería
fundamental una ronda para que entre todos hagamos un vocabulario de estas
palabras, con intención de desenmascararlas. Mejor ir escribiéndola con
ordenador y cañón. Método de escritura colectiva en clase.
·
También
estaría bien algún sistema imaginativo para colgar la idea en un panel o algo
así, pero vale una simple ronda.
Lectura fundamental: Georges Lakoff: No pienses en un elefante
|
Palabras eufemísticas
-
División de
poderes, Comunidades autónomas, Democracia, Finiquito en diferido, Justicia, Flexibilidad
laboral, Expediente de Regulación de Empleo, Ajustes (en vez de recortes, LOMCE
(No se pretende ninguna mejora de la calidad de la enseñanza), etc...
-
Mártires
(otros cristianos fueron asesinados en la guerra, y tal vez de esos que llaman
mártires, muchos fueron delatores, bendijeron cañones, aceptaron la cruzada,
etc. Hay muchos santos así: S. Luis de Francia, S. Olaf, S. Esteban, guerreros
canonizados por cuestiones políticas.
Los eufemismos y las medias verdades fueron típicos
del Franquismo y todos los regímenes totalitarios: Democracia orgánica, partido
nacional socialista de los trabajadores NSDAP, es decir, el partido nazi, etc.
Existen diferentes procedimientos para soslayar la verdad,
mediatizando lo real: tomar el todo por la parte y convertir una manifestación
en un disturbio, lo que queda corroborado por las imágenes acudiendo y
filmando solamente los enfrentamientos. La estrategia conservadora se basa fundamentalmente
en el control de los medios: no les importa que sean deficitarios e invierten
incansablemente en ellos. Los bancos ahogan a los periódicos de izquierdas. Los
programas progresistas sufren presiones (como recientemente El Intermedio, de la Sexta).
No se trata simplemente de mentiras, pues está visto
que la gente tolera bastante la mentira, por piedad, por razones de Estado,
etc. Lo mismo sucede con los errores, con las exageraciones,... Ni siquiera es
una cuestión de faltar a los hechos, pues los hechos son interpretados de
diferentes maneras, por muy difícil que nos parezca desde nuestro particular
punto de vista.
Se perdona menos la incongruencia, la traición a los
propios valores: las contradicciones son las que pasan facturas (ejemplo, decir
que las becas Erasmus las reservarán para los que más lo necesitan...
justificando el recorte apelando a una máxima socialista. Era más congruente,
más acorde a su pensamiento, denunciar las fiestas que se corren estos jóvenes
pobretones, que fue lo que hicieron en un principio: “no estamos para pagar las
fiestas de los Erasmus”). Esa incongruencia sí desgasta y hace perder la confianza
del electorado, de los organismos europeos, etc.
Ha sido enorme la inversión de los (mal llamados)
conservadores en estudios para estructurar su pensamiento, comunicar sus ideas,
definir las cuestiones con sus términos, para que otros tengan que utilizarlos
si quieren saber de qué hablamos, etiquetar a los progresistas (progres,
perroflautas, antisistema, etc.). Conceptos ligados a un universo emocional que
tiene como referencia a la familia tradicional, con un padre autoritario “como
Dios manda”, “si Dios quiere”, “gracias a Dios”, y un marco de valores
donde la disciplina, la competitividad, la falta de confianza en los iguales,
sumisión y agradecimiento a la autoridad, etc, son la clave. Basta activar este
marco con palabras sencillas muy evocadoras.
Los marcos están formados por elementos claves sobre
los que fijar la atención y definir qué se debe pensar sobre ellos. Un método
infalible es apelar al miedo, que impone los valores de depredación
social. Si se llega al fracaso serás un zombi (metáfora de moda sobre los
desclasados), formarás parte del caldo de cultivo y origen de todos los males
del mundo, drogas, terrorismo, etc. El miedo provoca que se active el modelo
del padre estricto en cada uno de nosotros y nosotras.
Las izquierdas se mantienen a la defensiva. No
tienen una propuesta alternativa de marco. El cambio de marco es el cambio
social, pues los marcos son estructuras fundamentales en nuestra concepción del
mundo. Una nueva sociedad exige un nuevo marco, y a su vez son necesarias palabras
que lo activen, y que se puedan difundir, sobre todo para llevar a los del
“centro”, a los indecisos o a los híbridos (con valores avanzados o retrógrados
según los casos) a posiciones progresistas.
Es necesario un empoderamiento ciudadano que convierta
el discurso defensivo de los progresistas en positivo. Escuela pública para
todos y todas es un buen marco, frente al “no”, “no”, que se ve en muchos
carteles en las manifestaciones. En positivo, hemos de insistir en el marco
formado por la responsabilidad, la empatía, el orden a partir del acuerdo, el
cuidado de todos y todas.
Podría pensarse que vale con presentar los hechos,
los escándalos, los abusos que estamos padeciendo para que aflore la verdad,
los políticos dimitan, y se produzca una mejoría democrática. Desgraciadamente
(gracias a Dios) no funciona así, porque nuestro cerebro tiene otra forma de
pensar, dice Lakoff, necesita marcos que encuadren las acciones para
entenderlas y valorarlas. Además de nuestros intereses, hemos de definir
nuestros valores (que curiosamente compartimos con muchas personas de
derechas), para utilizar las metáforas adecuadas que permitan el cambio social
frente a las que nos imponen en beneficio de unos pocos.
Muchos son los aspectos que dividen a las personas
progresistas entre sí, pues unas están centradas en intereses locales, otras
son idealistas frente a las pragmáticos, otras buscan cambios radicales frente
a las que solo conciben los moderados y paulatinos, las militantes de las
simpatizantes, las que se centran en avances socioeconómicos frente a las
antiautoritarias por encima de todo, las espiritualistas (muchas cristianas, la
mayoría de cristianas), las ecologistas... Las progresistas tienden a agrandar
estas diferencias entre ellas, a afirmarse frente al otro, pero de lo que se
trata es compartir con otros progresistas un mismo marco, que se sume más y más
gente a su terminología, también gente de centro. Pero naturalmente no solo es
una cuestión de terminología, de slogans,
sino de ideas sobre cómo queremos que sea nuestra futura sociedad.
Analicemos estas cuestiones terminológicas por
apartados.
Política. Ya visto. Hemos visto el uso político de la lengua, que sirve, de
paso, para emponzoñar las relaciones entre español@s, cuando debería ser un
vehículo de comunicación.
Conservadores, políticas conservadoras: no pretenden
conservar nada, salvo el interés y privilegio de unos pocos. De hecho,
acrecentarlo.
Terreno laboral:
Ajustes, es decir, recortes.
Flexibilidad laboral, es decir, despido libre.
ERE, en realidad, despidos masivos.
Huelga, asociándola a caos. Antes decían, con ánimo
de desacreditarlas, que eran huelgas políticas. Ahora, con la misma intención,
dicen que los profesores persiguen objetivos laborales. En las huelgas de
transportes no es extraño encontrar servicios mínimos del 75%, lo que equivale
a anular el derecho de huelga. Esto es habitual: se declaran en la constitución
derechos que luego las leyes eliminan. Recurso al ejército cuando l@s
trabajador@s se ponen testarudos.
Mercado laboral: comercio con la contratación de
personas, siguiendo la cruda ley de la oferta y la demanda. Cosificación del
ser humano.
Emprendedor@s: No facilitan en absoluto que exista
en nuestro país, pues España es uno de los Estados donde más difícil es formar
una empresa. Se ayuda a los jóvenes, que no son los emprendedores típicos, en
vez de a los de 40-50 años, que son los que lo necesitan y pueden suponer una
competencia real a las grandes empresas. La idea es abrir la puerta a pensar
que si fracasas es por tu culpa solamente.
Movilidad exterior: por emigración. Ha sido muy
criticado, pero esta neolengua está compuesta por conceptos que intentan
minimizar el desgaste social y electoral.
Ecología:
Si a las personas ecologistas les gustan las
palabras sano, vida, natural, limpio, seguro,... las conservadoras las
utilizarán en su discurso. No van a llamar así a un “cementerio nuclear”, sino de
forma que suene mejor (“Almacén temporal centralizado” y mejor aún ATC), y
desde luego nada que suene a “radiactivo”.
Mujeres:
Para hablar a las mujeres, comprobaron que era
eficaz para crear empatía con ellas las expresiones: “amor”, “desde el fondo
del corazón”, “para los niños”. Los discursos de Bush están llenos de estas
expresiones. Una variante burda de ello fue “la niña de Rajoy”, cuya torpeza al
utilizar esta fórmula se volvió en su contra electoralmente hablando.
Los tacones de vértigo, vestimenta sexi, etc. son
lugares donde se cultiva el sexismo, y la hipersexualización de la mujer, por
ejemplo en los disfraces de fiestas Halloween o en anuncios publicitarios.
Véase el anuncio sobre la Real Academia. Para detectarlo (y los hombres tenemos
problemas a veces) hay que dar la vuelta a los mensajes sospechosos, aplicarlo
a los varones, o sumergirse en la nueva doctrina queer.
En mi opinión, concebir el feminismo como contrario
al machismo tiene el peligro de pensar que en si en el segundo mandan los
hombres, en el primero son las mujeres las que deben tener el predominio.
Feminismo es desde sus orígenes la búsqueda de la igualdad y, por tanto, es
contrario al sexismo. Ejemplo: hay chistes sexistas, no feministas, y si nos
reímos con ellos es porque dentro de nosotr@s siempre quedan residuos de una
sociedad discriminadora.
Economía:
Mercado libre: de hecho no lo es, sino que está
dominado por grandes corporaciones, pero lo que quieren decir los que utilizan
la expresión es que el Estado y el control democrático no deben intervenir en
esta tiranía del dinero y de las grandes empresas financieras. La palabra libre
seguía vendiendo hasta hace poco: libertad de enseñanza, etc... pero ahora se
evita, pues está ligada a despido libre, aborto libre, amor libre, y otros
términos no deseados por la derecha.
Impuesto o tributo (terminología oficial), habría
que llamarlo contribución, inversión social, etc.
Externalizar el servicio, dicen ellos, se refieren a
privatizar.
España va bien, brotes verdes, luz al final del
túnel, etc. Formas de llamar a la paciencia de las clases bajas, frente a la
realidad de una burbuja financiera, inmobiliaria, bursátil, y un nada
disimulado saqueo de las pequeñas rentas.
Desaceleración (PSOE), “crecimiento económico
negativo” (esto es de Guindos), etc. En realidad crisis o, realmente, recesión
o decadencia (en esto casi no hay diferencias entre gobernantes del PSOE y PP).
“Incentivar la tributación de rentas no declaradas”
como dijo Montoro.en vez de Amnistía fiscal, otra forma de saqueo a las arcas
públicas.
Escuela:
El tema del “esfuerzo”. Muchos sabemos que hay que
esforzarse para sacar una carrera o ganar unas oposiciones. Insistiendo en la
palabra esfuerzo se activa la competitividad, así como la insolidaridad y el
sálvese quien pueda, curiosamente no el esfuerzo colectivo ni la cooperación.
Se trata de culpabilizar al alumno de sus malos resultados. Con dicha palabra
se activa todo el marco, es decir, el premio, el mérito, así como la culpa y el
castigo. Esto está detrás de las reválidas, es decir, pruebas objetivas de
competencias, etc. Un acierto llamarlas reválidas, pues nos retrotraen al
franquismo, algo que la sociedad en conjunto rechaza, en vez de pruebas de
competencias bla, bla, bla y cuantos eufemismos inventen para designarlas.
Los conservadores, aliados con los neoliberales y
los católicos, hacen lo que tienen que hacer: no van a llamar a la LOMCE “Ley
de liquidación de la Enseñanza pública”, pues perderían. Tienen que llamarla,
eufemísticamente, ley de mejora de la calidad.... Naturalmente, no quieren
mejorar nada, sino al contrario, disminuir la competitividad de la escuela
pública frente a la escuela concertada (se está produciendo una fuga hacia la
pública), lo que significa que ahí hay que incidir en nuestro discurso en ese
punto débil, en la necesidad de aumentar la calidad de la escuela pública y
denunciar la labor deterioradora de las autoridades actuales. Cuando utilizan
eufemismos, o como dice Lakoff, lenguaje orwelliano, es cuando tienen
debilidades. Identificarlos nos ayuda a conocer esos puntos débiles y a diseñar
una estrategia para combatirlos.
Libertad de enseñanza: derecho a los padres a elegir
centro. En realidad privatización vía alumnado. Ahora se utilizan otros
términos, porque ya no gusta en la derecha el término libre o libertad.
Conclusiones a modo de objetivos:
Conocer el lenguaje del llamado conservadurismo
(aliados de católicos, ultraliberales, franquistas,…), analizarlo, comprender
los valores que lo sostienen y el marco al que quieren llevarnos. Sus
falsedades nos informan de sus debilidades.
Elección de un marco que nos una a todas las
personas progresistas que sirva de alternativa al de derechas.
Usar metáforas de la vida cotidiana para que se una
más gente al proyecto transformador, también en la escuela. Nos servirán para
unificar y clarificar nuestras vidas y los esfuerzos en nuestro trabajo.
Desarrollo de un lenguaje que apele a la
participación, a lo cooperativo, a un mundo más justo, igualitario, solidario,
sostenible,... creando o recuperando términos como insumisión, desobediencia
civil, decrecimiento, empoderamiento, resiliencia, posteconomía, asamblea, marea,
fraternidad... por cierto, palabras que no siempre reconocen los diccionarios
de los programas de tratamiento de texto (Word).
Crear un lenguaje proactivo, pasar de la fase
reactiva, que nos impedirá tener alternativas si se produce la oportunidad de
cambio. Pero siempre desde la calma, desde la seguridad de la superioridad del
modelo, no desde la crispación de la derrota injusta. Si gritamos, dice Lakoff,
ellos ganan, es su terreno, la crispación y el grito.
Naturalmente, la participación no solo son palabras
ni solo twits, sino que en la red y en la calle las palabras nos ayudarán a
conseguir una verdadera democracia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario